La Dirección General de Escuelas hizo una encuesta que alcanzó a estudiantes, padres y docentes de Mendoza sobre el uso de teléfonos en las aulas. ¿A favor o en contra?, ¿beneficia o perjudica?
La Dirección General de Escuelas (DGE) realizó una encuesta para conocer la opinión de padres, docentes y estudiantes sobre el uso de celulares en el ámbito educativo. Las respuestas señalan que el teléfono es una herramienta de valor, por lo que consideran que no se debe prohibir su uso en el ámbito escolar, pero sí ordenarlo. A partir de esto van a buscar implementar el uso de dispositivos electrónicos con fines educativos durante las clases.
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La encuesta alcanzó a más de 10.400 estudiantes, 2.260 docentes y 7.000 familias. Los resultados indican que tanto docentes como padres valoran el potencial pedagógico de los celulares en clase, aunque advierten sobre la necesidad de establecer un marco regulatorio para optimizar su uso.
En la actualidad, el 95% de los estudiantes usa el celular con frecuencia, y la edad promedio de inicio es entre los 10 y 13 años. A partir de esta realidad, Educación elaboró una guía para padres y docentes, que será adaptada por cada institución para definir de manera participativa las normas sobre su uso como herramienta educativa en el aula.
El ministro Tadeo García Zalazar señaló que el celular, utilizado de manera adecuada, puede ser un recurso valioso en el proceso de aprendizaje. El objetivo, explicó, es que cada escuela pueda desarrollar su propio reglamento para definir horarios, modalidades de uso y otras recomendaciones que se consideren necesarias. Además, destacó que las familias recibieron orientación sobre los posibles riesgos del uso excesivo de pantallas y recomendaciones sobre plataformas educativas que aportan valor.
A pesar de las inquietudes sobre posibles distracciones, los docentes señalaron que el uso controlado del celular en clase podría mejorar la calidad educativa. Según la encuesta, el 79% de los docentes considera que es una herramienta pedagógica eficaz. Su uso actual se centra en actividades que incluyen búsquedas de información, lectura de documentos, uso de fotos o videos, y colaboración en grupo. Capacitar a los educadores para utilizar esta tecnología de forma productiva es uno de los próximos pasos.
De acuerdo con los datos recopilados, el 95% de los estudiantes lleva el celular al colegio, y las aplicaciones más usadas son WhatsApp, Instagram y TikTok. Aunque el uso del celular aumenta durante la tarde y la noche, el 66% de los jóvenes afirma usarlo también en el aula para tareas específicas, como consultar la hora, buscar información o leer mensajes.
La encuesta reveló que el 83% de los estudiantes lleva el celular consigo todo el tiempo, y el 68% lo usa al menos tres horas diarias entre semana. Este tiempo de pantalla se incrementa los fines de semana, especialmente entre quienes mantienen el dispositivo encendido las 24 horas.
La mayoría de las respuestas familiares provino de madres, quienes en un 96% señalaron que sus hijos usan celular, generalmente a partir de los 10 años. Aunque el 65% permite el uso del teléfono antes de dormir, un 46% de los padres manifiesta que esto afecta las horas de sueño de sus hijos. Además, el 58% admite que el celular interrumpe ocasionalmente los momentos de convivencia.
Si bien existen preocupaciones sobre el tiempo frente a las pantallas, el uso de WhatsApp, Instagram y TikTok se ha vuelto tan común que pocas familias lo consideran problemático.
Otro aspecto abordado en la encuesta fue el de las apuestas en línea y los riesgos asociados. El 82% de las familias consideró problemático el acceso a estas actividades; sin embargo, la mayoría de los estudiantes aseguró no haber participado en juegos de azar. Los riesgos percibidos incluyen el robo de datos, hackeos y adicción, aunque la incidencia reportada fue baja.