Historias de vida: trabajó en la feria de Guaymallén desde los 14 años y ahora se recibió con honores en la universidad

Juan Ignacio Revuelta trabajó desde adolescente en una feria mendocina cargando cajones de fruta, pero nunca dejó de perseguir su sueño: convertirse en músicoterapeuta.

Superación, esfuerzo y disciplina son algunas de las palabras que definen a Juan Ignacio Revuelta, un joven mendocino que logró convertirse en músicoterapeuta mientras trabajaba en la feria. Su historia de vida se volvió un ejemplo de lucha y perseverancia: no solo se recibió, sino que fue distinguido como el mejor promedio de toda la Universidad Juan Agustín Maza.

Desde adolescente, Juan combina su rutina de trabajo en la feria, donde carga cajones de frutas y verduras y atiende al público, con el estudio. En ese entorno, que lo formó tanto en lo físico como en lo emocional, aprendió valores clave como la constancia, la escucha activa y la empatía. Habilidades que más tarde potenció con la formación académica en musicoterapia.

“Primero terminé la secundaria mientras trabajaba. Después me enfoqué de lleno en la universidad, por decisión y convicción personal”, contó Juan, quien cursó y rindió exámenes aprovechando cada hora libre de la tarde, tras la jornada laboral en el mercado.

Lo que para muchos sería un obstáculo, para él fue una escuela de vida. La feria no solo le enseñó a levantarse temprano y a manejar su tiempo, también lo puso frente a realidades sociales muy diversas. Ese contacto cotidiano con distintas personas fue clave para desarrollar una sensibilidad especial, que hoy canaliza a través de la música como herramienta terapéutica.

En su labor como músicoterapeuta, Juan trabaja con pacientes en contextos de prevención, asistencia y rehabilitación. Acompaña procesos de salud emocional a través de la creación y recreación de canciones, el uso de instrumentos y el vínculo que se construye con lo no verbal.

La música permite expresar lo que a veces no se puede decir con palabras. Es una forma de ir más allá de lo consciente”, explicó.

Actualmente, su trabajo está enfocado en jóvenes y adultos neurotípicos, es decir, personas que atraviesan situaciones cotidianas de estrés, problemas familiares o crisis laborales y que buscan, a través de la musicoterapia, encontrar herramientas para sanar y mejorar su calidad de vida.

La historia de Juan Ignacio Revuelta es una muestra de que el esfuerzo y la pasión pueden transformar cualquier realidad. Un ejemplo inspirador de cómo se puede salir adelante con trabajo, vocación y el poder transformador de la música.