Es un trekking de una hora y media que lleva a un paraíso natural en nuestra provincia. Cómo pasar días increíbles sin gastar mucho dinero.
El año que se va fue muy difícil en materia económica: hubo una inflación interanual de 150%, una devaluación, cambio de gobierno, la advertencia sobre una posible estanflación. El escenario económico, principalmente para las clases media y baja, no ha sido el mejor. Es más, fue bastante oscuro.
En ese contexto, planear unas vacaciones fue imposible para muchas familias que optaron por quedarse en Mendoza y hacer distintas actividades cada día. Nuestra provincia es una de las más lindas de Argentina, tiene enormes espacios verdes, imponentes espejos de agua, montañas, lugares recreativos para hacer distintas actividades. No hace falta tener un presupuesto muy abultado para disfrutar de días increíbles.
Vacaciones económicas: tus hijos no pueden dejar de conocer estos castillos naturales de Mendoza
Una de las opciones en Mendoza es hacer trekking. Hay un sendero muy conocido y que es una belleza natural que se llama “El chorro de la vieja“, ubicado a 12 km del Manzano. Es un salto de 40 metros que se produce en medio de una montaña.

Saliendo desde la calle San Martín y Vicente Zapata, de Ciudad, son aproximadamente dos horas en auto. Luego, hay que sumar el tiempo de la caminata, que es aproximadamente de una hora y media de dificultad media – baja.
El recorrido es por el borde del arroyo “de la guardia vieja” que nace de la caída de agua desde unos 40 metros. Al llegar al sitio de la cascada verá un jardín natural de helechos y flores generados por la misma humedad del agua.

Tips para hacer senderismo
Importantísimo: llevá agua siempre a mano.
Llevá comida de marcha: fruta, frutos secos, barritas de cereales.
En las subidas, siempre pasos cortos.
Para zonas de dificultad alta usa bastones.
Lo ideal sería usar bota de montaña. Si no zapatillas con suela gruesa. Evitá ojotas, gomones tipo crocs, zapatillas de lona o que tengan la suela lisa por el uso.
Cambia la posición de apoyo en las subidas.
Vístete por capas, sobretodo en invierno.
Tu mochila, siempre con sujeción lumbar.
Protégete del sol y del frío.
La Leyenda de El Chorro de la Vieja
La Vieja, como todos la llamaban, había muerto. Sola y centenaria había sobrevivido cobijada en su refugio en ese gran hueco entre los cerros.
Si bien todos los puesteros de las cercanías la apreciaban, siempre creyeron que estaba loca. Y eso porque día a día siempre bajaba hasta el lejano arroyo para traer agua, con la que regaba las verdes plantas y enredaderas que crecían a la entrada de su cueva. Esta rutinaria tarea constituyó lo más importante de su vida.
Ya, después de morir y como despertando de un sueño, ella se encontró en un espacio tan nuevo como extraño, y frente a ella estaba el Creador. Por Él supo que desde ese momento ella sería el hada encargada de velar por la vegetación, tan escasa en esas montañas.
Muy rápido, como lo hacen las hadas, se desplazó al lugar donde había transcurrido su vida; el hueco entre los cerros. Allí deseosa de empezar su tarea decidió encontrar agua para sus plantas. Pero como hada que era no bajó al arroyito como antes, sino que ascendió a lo alto de esos cerros, donde encontró un fresco torrente que destilaba de la nieve. Con sus poderes de hada, lo fue llevando hasta su amado hueco entre los cerros y allí hizo que cayera en cascada, en forma de blanco chorro, que expandido por la brisa fuera humedeciendo todo el lugar.
Pronto ese hueco se tapizó de helechos, enredaderas, verdes plantas y pastos. Los lugareños no dudaron que había sido la Vieja, quien obrara ese milagro y que así su sueño estaba realizado. Ellos fueron los que le dieron a ese lugar el nombre más apropiado y agradecido, lo llamaron «El Chorro de la Vieja».
Otra explicación del nombre y mucho menos poético señala que es por el Arroyo de la Guardia Vieja de Gendarmería, ya que antiguamente existía en el lugar una guardia de Gendarmería.