La Iglesia le reclamó al Gobierno por las dos personas en situación de calle que murieron de frío

Dos personas en situación de calle murieron en Mendoza por el frío extremo. Desde la Iglesia piden medidas estructurales y duraderas para enfrentar esta crisis social.

Mendoza atraviesa uno de los inviernos más crudos de los últimos años, con temperaturas bajo cero que afectan sobre todo a quienes viven en situación de calle. Durante el fin de semana, dos personas fallecieron por hipotermia en distintos puntos de la provincia y esto encendió nuevamente el debate sobre la falta de respuestas estructurales.

A raíz de estas muertes, desde el Arzobispado de Mendoza renovaron su llamado al gobierno provincial, los municipios, el sector privado y organizaciones sociales a “sentarse a dialogar y buscar soluciones de fondo”. Marcelo De Benedictis, vocero del arzobispado, señaló en diálogo con la prensa que “se han dado pasos, pero no han sido suficientes. Ya hay víctimas fatales y los fríos más intensos recién comienzan”.

El reclamo, aclaró, no busca confrontar sino construir. “No se trata de generar problemas con nadie, sino soluciones con todos”, remarcó De Benedictis. Pidió avanzar no solo con medidas de emergencia como refugios nocturnos, sino con espacios diurnos y dispositivos interdisciplinarios que acompañen a quienes atraviesan esta realidad.

Entre los fallecidos, uno fue hallado en Junín y otro en el Gran Mendoza. Se presume que ambos llevaban tiempo en situación de calle y podrían haber padecido enfermedades previas, aunque el frío extremo habría sido un factor determinante.

De Benedictis también cuestionó acciones recientes que dificultan la permanencia de personas en espacios públicos. “No se puede priorizar lo represivo. Las decisiones tienen que tener como eje lo humano, lo social”, insistió, y propuso la creación de un diagnóstico certero de la población sin techo, para diseñar políticas efectivas y sostenibles.

Desde la Pastoral destacaron el impacto positivo de experiencias pasadas, como el refugio temporario montado en conjunto con el Estado y actores privados, aunque remarcaron que esas acciones “no alcanzan si no se sostienen en el tiempo y se acompañan con intervenciones profundas”.