Alimentación consciente ¿cómo comer con los cinco sentidos?

Alimentación consciente ¿cómo comer con los cinco sentidos?

Día Mundial de la Alimentación

Especialistas en nutrición y salud mental invitan a repensar el vínculo cotidiano con la comida. La propuesta: volver a conectar con el cuerpo y los sentidos para lograr una alimentación intuitiva y equilibrada. Un enfoque que gana terreno frente a la cultura de la dieta y los hábitos automatizados.

Cada 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, una fecha que busca generar conciencia sobre el acceso, la calidad y el impacto de los alimentos en la salud global. Este año, bajo el lema Mano de la mano por unos alimentos y un futuro mejores, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) propone reflexionar sobre el rol de los individuos, gobiernos e industrias en la construcción de sistemas alimentarios más sostenibles. Pero también invita a mirar hacia adentro: ¿cómo comemos cada día?

En un contexto marcado por el consumo acelerado y la desconexión corporal, la idea de una alimentación consciente cobra relevancia. “Muchas veces comemos sin prestar atención, mientras respondemos mensajes o estamos parados. Eso hace que el cuerpo no registre lo que comimos”, advierte la nutricionista Anabella Spinelli. La propuesta es simple pero profunda: dedicar unos minutos al acto de comer, sin distracciones, registrando sabores, texturas y emociones.

Este enfoque se vincula con la práctica del mindful eating, que promueve comer con atención plena. “Trabajamos con los cinco sentidos: ver, tocar, oler, escuchar y saborear los alimentos. Es fundamental que los chicos puedan experimentar eso desde pequeños”, explica María Estela Cacabo, psiquiatra infantojuvenil. Según la especialista, esta conexión sensorial ayuda a prevenir trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia, que hoy afectan a niños desde los ocho años.

La alimentación intuitiva también forma parte de este paradigma. Se trata de reconectar con las señales internas de hambre y saciedad, dejando atrás la lógica de las dietas rígidas. “Es volver a elegir los alimentos en base a lo que el cuerpo necesita, no por obligación ni por horarios impuestos”, señala Spinelli. Reconocer el hambre emocional y aprender a gestionarlo es otro de los pilares de este enfoque, que busca humanizar el vínculo con la comida.

Desde el punto de vista psicológico, el desafío es recuperar la capacidad de escuchar al cuerpo. “La glándula pineal tiene centros de hambre y saciedad, pero los hemos tergiversado. Enseñamos a los niños a identificar esas señales, a poner atención en lo que sienten”, explica Cacabo. En ese sentido, la educación alimentaria desde el hogar y la escuela se vuelve clave para construir hábitos saludables y duraderos.

La comensalidad, entendida como el acto de compartir la comida, también aparece como valor perdido. “Hoy cada uno come con su celular, incluso en los bares. Se ha perdido la comunicación en torno a la mesa”, advierte la psiquiatra. Recuperar ese espacio de encuentro puede ser un primer paso hacia una alimentación más presente, donde el acto de comer se viva como experiencia y no como trámite.

Elegir una comida al día para hacerla consciente puede ser el inicio de un cambio profundo. “La alimentación comienza en casa. Si como rápido y picoteando, eso es lo que transmito. Somos ejemplo”, concluye Spinelli.

Mirá la entrevista completa con la nutricionista Anabella Spinelli y la psiquiatra infantojuvenil María Estela Cacabo

 

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