Un relevamiento de la Consultora Demokratia reveló que uno de cada diez mendocinos admite no informarse antes de votar, mientras que casi la mitad considera que su voto no influye en las decisiones políticas.
A pocos días de las elecciones de octubre de 2025, un relevamiento de la Consultora Demokratia expuso un panorama preocupante sobre la relación entre los mendocinos y la política: el 8% reconoce no informarse en absoluto antes de votar, y otro 13,8% admite hacerlo solo “un poco”. En contraposición, apenas el 18% afirma informarse mucho y solo un 1,5% dice conocer en profundidad todas las propuestas de los candidatos.
El estudio, realizado en toda la provincia, buscó medir el grado de interés, información y confianza de la población de cara a los próximos comicios de medio término, en los que se renovarán bancas en Diputados, Senadores y Concejos Deliberantes.
Uno de los datos más llamativos tiene que ver con la percepción sobre la importancia del voto. Casi tres de cada diez mendocinos (28,6%) consideran que lo que se elige en las urnas “no tiene ninguna incidencia” en las decisiones que luego toma la dirigencia política. Un 24% cree que el voto tiene “poca importancia”, mientras que solo el 46,5% lo considera realmente relevante. Menos del 1% sostiene que es “muy importante”.
Estos números muestran un nivel de desconfianza creciente hacia la clase política, sumado a una fatiga ciudadana frente a promesas incumplidas. “Muchos sienten que los políticos ‘se dan vuelta’ o que no cumplen lo que prometen”, explicó la consultora.
En cuanto a la definición del voto, apenas el 3,8% asegura tener decidido su candidato desde antes de la campaña, mientras que la mayoría —cerca del 30%— lo elige a último momento, incluso mientras hace la fila para votar.
El ausentismo también preocupa: entre un 29% y 35% de los mendocinos podría no concurrir a votar, según las proyecciones del informe. Aun así, los investigadores señalan que persiste “una cierta vergüenza social por admitir que no se irá a votar”, lo que demuestra que el acto electoral todavía conserva un valor simbólico importante.
En los testimonios recogidos, muchos ciudadanos reconocieron sentirse desencantados. “Votamos esperando que algo cambie, pero nunca pasa nada”, expresó uno de los encuestados. Otros, en cambio, destacaron la importancia del voto como derecho y deber cívico, aunque dudan de su impacto real.