El presunto ladrón, de 37 años, murió tras recibir un disparo en la cabeza. El efectivo quedó detenido mientras la Justicia analiza si actuó en legítima defensa o se excedió en el uso de la fuerza.
En el día de ayer, un efectivo policial disparó contra un presunto delincuente que, según la investigación, le había robado su auto y su arma reglamentaria días atrás.
El ladrón, identificado como Federico Rubén García, de 37 años, recibió un disparo en la cabeza y murió en las primeras horas de este martes en el hospital Central.
El hecho ocurrió en la intersección de Azcuénaga y Libertad, en el centro de Luján de Cuyo.
El policía había dejado su auto Honda Civic estacionado cerca de un supermercado en el centro de Luján. Cuando regresó, encontró el vehículo abierto y vacío: le habían robado su arma reglamentaria, una mochila, documentos y un par de zapatillas Nike Jordan blancas.
De acuerdo con la denuncia, el ladrón habría usado un inhibidor de alarmas para abrir el auto sin forzarlo. Las cámaras de seguridad registraron a un hombre que actuó con rapidez y un Chevrolet Prisma gris oscuro que lo esperaba a pocos metros.
En la mañana de este lunes mientras el efectivo se encontraba de civil en el centro de Luján, reconoció el Chevrolet Prisma que había visto en las imágenes del robo. Decidió seguirlo y minutos después, observó a un hombre que caminaba entre autos estacionados en Libertad y Azcuénaga.
El policía dio la voz de alto e intentó detenerlo, pero el sospechoso corrió hacia el Prisma, subió rápidamente al auto e intentó escapar a toda velocidad. En ese momento, el agente desenfundó su arma y comenzó a disparar. Uno de los proyectiles impactó en la cabeza del conductor, que perdió el control del vehículo y volcó.
Durante esa secuencia, García recibió un disparo en la zona occipital (parte trasera de la cabeza), perdió el control del auto y volcó. Fue trasladado de urgencia al hospital Central, donde permaneció internado con muerte cerebral hasta que se confirmó su fallecimiento en horas de la mañana de este martes.
Las pericias preliminares indican que se realizaron al menos ocho disparos, aunque la cifra será determinada con exactitud por los especialistas en balística.
El director de la Inspección General de Justicia, Marcelo Puertas, confirmó que el agente quedó privado de libertad por orden del fiscal a cargo y que se abrió una investigación administrativa para determinar si actuó dentro de los límites de sus funciones o si hubo un exceso en el uso de la fuerza.
“Más importantes son las pruebas fílmicas. Con el objeto de determinar si realmente intervinieron ellos dos, es decir, el efectivo policial y la persona fallecida o hay un tercero, cuarto o quinto personas que puedan llegar a estar en la escena. En esto, como te decía, son fundamentales las pericias en síntesis, las pruebas fílmicas y las testimoniales, que eso se va a ir dilucidando en el transcurso de estas dos primeras semanas”, explicó Puertas.
El informe médico indicó que la bala ingresó por la zona occipital, es decir, en la parte trasera de la cabeza, lo que podría ser clave para determinar cómo ocurrieron los hechos. Los peritos buscarán establecer la posición del policía y de la víctima al momento del disparo, un detalle que podría definir si hubo o no legítima defensa.
En tanto, la Justicia aguarda el resultado de las pericias y de las declaraciones testimoniales para definir la situación procesal del agente. En los próximos días será citado a declarar o, en caso de continuar detenido, prestará declaración en el lugar donde se encuentre.