En una semana histórica para Independiente Rivadavia, la pasión leprosa desbordó las inmediaciones del Estadio Bautista Gargantini, donde este lunes se llevó adelante la venta de entradas para la final de la Copa Argentina que el equipo mendocino disputará ante Argentinos Juniors el próximo miércoles a las 21.10 en el estadio de Instituto, en Córdoba.
Desde el sábado, cientos de hinchas acamparon frente al club para asegurarse un lugar en el partido que podría marcar un nuevo capítulo en la historia azul. Sin embargo, la jornada estuvo marcada por largas filas, desorganización y quejas de los simpatizantes debido al sistema de venta impuesto por la organización del torneo.
“Estamos desde el sábado haciendo fila entre un amigo y otro, pero ya la entrada la tenemos. Fue todo muy desorganizado, improvisado desde el principio”, contó Sebastián, un hincha que viajó especialmente desde Alicante, España, para presenciar la final.
El punto más cuestionado fue la modalidad presencial, ya que la organización de Copa Argentina no habilitó la venta online y obligó a los clubes a distribuir los tickets físicamente. Según fuentes de la propia organización, Independiente Rivadavia recibió alrededor de 6.500 entradas, entre populares y plateas —unas 4.000 y 2.500 respectivamente—, un número insuficiente para la gran demanda de la parcialidad mendocina.
Durante la mañana, los hinchas se agolparon sobre Avenida Las Tipas y el Prado del Parque, donde se registraron desprolijidades en el control de socios y no socios. “No están pidiendo documentos, no se diferencia bien quién es socio y quién no”, relató el cronista de Noticiero 9 Cristian Minich, en vivo desde el lugar.
Otros simpatizantes también manifestaron su malestar por los cambios de último momento en la cantidad de entradas por persona:
“Nos dijeron que podíamos sacar cuatro por socio y después solo dos. Fue un quilombo, pero lo importante es poder estar el miércoles”, comentó otro hincha que esperaba desde temprano.
Pasión que traspasa fronteras
La magnitud del acontecimiento se refleja en historias como la de los hinchas leprosos en el exterior, que organizaron encuentros en distintas ciudades de España. “En Barcelona se juntaron muchos el sábado. Desde Alicante no me lo podía perder”, agregó Sebastián, emocionado por cumplir el sueño de ver a su equipo en una final nacional.
Calma y expectativa
Pese a la tensión y las horas de espera, el operativo de seguridad logró mantener la calma en el lugar. Los hinchas, en su mayoría, pudieron conseguir sus entradas y preparan el viaje a Córdoba, ya sea en micros o en autos particulares.
“Fue larga la espera, cinco horas, pero ahora todo está más prolijo. Vamos en auto, un día allá y después de vuelta con el festejo”, relató un simpatizante que logró tres plateas para su familia.
El miércoles, a las 21.10, Independiente Rivadavia buscará hacer historia frente a Argentinos Juniors en Córdoba. Más allá de la desorganización y las dificultades para conseguir entradas, la lepra ya ganó en algo: demostró una vez más la magnitud y el fervor de su gente, capaz de cruzar océanos y esperar días enteros por ver al equipo de sus amores.