Solo el 50% de alumnos de Mendoza habla en las escuelas sobre violencia familiar

Solo el 50% de alumnos de Mendoza habla en las escuelas sobre violencia familiar

Mendoza

“Si no trabajamos juntos, escuela y familia, nuestros niños están muy desamparados. Los adultos referentes que somos la escuela y la casa, somos quienes generamos resiliencia en los niños”, dijo una psicopedagoga.

El Observatorio Argentinos por la Educación publicó un informe que destaca el papel fundamental de las escuelas primarias en la detección y prevención de casos de violencia familiar. Según los datos, el 53,3% de los estudiantes de último año de primaria aseguró haber hablado sobre temas de violencia y abuso con alguien de la escuela, mientras que el 15% indicó no haber abordado estos temas con ningún referente escolar.

Misiones es la provincia en la que más se habla, con un 60%. Mendoza se encuentra en el décimo lugar.

El informe también revela que el 42% de los directores de escuelas estatales de Mendoza intervinieron en casos de violencia familiar, ubicando a la provincia en el séptimo lugar del ranking nacional. En escuelas privadas de Mendoza, el porcentaje es del 35%. Esta situación refleja la creciente demanda por parte de los estudiantes mendocinos de tratar estos temas en el ámbito escolar, alcanzando un 32,6%, el segundo lugar a nivel nacional.

Nancy Caballero, psicopedagoga, subrayó la gravedad del problema. “Es muy terrible el informe, pero mucho más terrible es la realidad. Cada vez cargamos más a la escuela con situaciones que son familiares y personales, porque no les estamos dando herramientas a los niños para solucionar sus propios problemas. Si en la casa se usa la violencia para solucionar los problemas, los niños replican estas conductas”.

 

“Si no trabajamos juntos, escuela y familia, nuestros niños están muy desamparados. Los adultos referentes que somos la escuela y la casa, somos quienes generamos resiliencia en los niños. Y por eso es fundamental poner límites claros, amorosos, pero firmes”, sostuvo. 

En otro momento, habló sobre cómo las palabras, los gritos y los golpes no son efectivos como herramientas de crianza: “Nunca un maltrato, un grito, es efectivo, mucho menos un golpe. Los niños necesitan mi explicación, mi ‘no’, y que los límites sean constantes y comprensibles. Hemos pasado de un extremo a otro: del ‘chancletazo’ al dejar que los chicos hagan lo que quieran. Necesitamos encontrar un punto medio.”

Finalmente, hizo un llamado a los padres y cuidadores a recuperar el diálogo y la empatía como herramientas fundamentales para la crianza: “Los chicos son chicos. Necesitan adultos que se sienten con ellos, que dialoguen y que trabajen en conjunto con los servicios de orientación de las escuelas, sin acusar, sino buscando soluciones. La clave está en no perder de vista que, más allá de cualquier tecnología, los chicos siguen siendo niños.”