“Era muy alegre y religioso”: la amiga de toda la vida del papa Francisco lo recuerda con amor y humildad

“Era muy alegre y religioso”: la amiga de toda la vida del papa Francisco lo recuerda con amor y humildad

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Arminda Aragón, vecina y amiga desde la juventud de Jorge Bergoglio, compartió recuerdos profundos sobre el Papa Francisco, resaltando su humildad, sencillez y compromiso religioso.

Arminda Aragón, amiga cercana de Jorge Mario Bergoglio desde la juventud, habló con Noticiero 9 sobre la vida del Papa Francisco tras su muerte, destacando su sencillez, espiritualidad y compromiso con los valores cristianos. Su amistad con Bergoglio comenzó en el barrio porteño de Flores, donde ambos trabajaron en la parroquia San José de Flores como parte de la Acción Católica. Según Arminda, “él siempre fue un muchacho alegre, muy sano y muy religioso, predicando y llevando a Jesús al barrio. Era un joven lleno de fe que dedicaba su vida a servir a los demás.”

Aragón recordó con detalle cómo Bergoglio, siendo cardenal, vivía en un modesto departamento ubicado en el segundo piso de la Curia, donde recibía noticias importantes, como la posibilidad de ser elegido Papa. “Era un hombre simple, honesto y realmente entregado a su misión apostólica. No buscaba las fastuosidades que suelen asociarse al papado. Esa humildad lo definió durante toda su vida,” afirmó.

La amiga del Papa destacó también su respeto hacia las mujeres y su esfuerzo por darles un papel más relevante en la Iglesia. “Él respetaba mucho a las mujeres y el trabajo que hacían. Fue un Papa que entendió el valor de la presencia femenina dentro de la comunidad eclesial,” explicó. Además, mencionó con nostalgia el pendiente regreso de Francisco a Argentina tras asumir el papado en 2013: Siempre lo estuvimos esperando, pero sus obligaciones para con el mundo entero hicieron que fuera difícil. Creo que le quedó pendiente ese regreso.”

Aragón también habló sobre algunos detalles de la vida privada de Francisco, como su costumbre de tener una figura de San José Dormido en su habitación, una imagen que él mismo mandó a la parroquia San José de Flores, donde todavía se encuentra. En sus palabras, “Estos gestos reflejaban su conexión espiritual y su sencillez.”

 

A sus 94 años, Arminda sigue trabajando incansablemente como voluntaria en la parroquia, ayudando en proyectos solidarios como la confección de ropa para niños hospitalizados. “Tengo alegría, tengo fe y tengo salud, entonces debo seguir trabajando,” agregó.

En el barrio de Flores, el legado del Papa Francisco se mantiene vivo a través de placas y medallones que marcan los lugares emblemáticos de su infancia y juventud. Arminda recordó con cariño las placas en las calles Membrillada y Varela, así como un medallón que conmemora el lugar donde Bergoglio jugaba de niño. “Su humildad y entrega siempre estarán presentes en nuestra memoria,” concluyó.