Este 7 de mayo, 133 cardenales menores de 80 años se reunirán en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor del Papa Francisco.
Este miércoles 7 de mayo, el Vaticano será escenario de un momento histórico: el cónclave en el que se elegirá al nuevo Sumo Pontífice tras el fallecimiento del Papa Francisco el pasado 21 de abril. Serán 133 cardenales menores de 80 años los encargados de decidir quién tomará el liderazgo de la Iglesia Católica en los próximos años.
La elección se realizará en la Capilla Sixtina, bajo un estricto protocolo de silencio y reserva. Desde allí, la tradicional chimenea marcará el rumbo de la votación: el humo negro indicará que aún no hay acuerdo, mientras que el humo blanco anunciará al mundo que la Iglesia tiene un nuevo líder.
Previo al cónclave, los cardenales han participado en congregaciones generales, donde debaten los desafíos que enfrenta la Iglesia y el perfil del próximo Papa. “Todavía no estamos listos. Necesitamos rezar más”, expresó el cardenal francés Jean Paul Vesco, reflejando la importancia espiritual del proceso.
El 80% de los cardenales electores fueron nombrados por Francisco, lo que aumenta las expectativas de que su sucesor continúe con parte de su legado. Mientras tanto, la expectativa crece en la Plaza San Pedro, donde miles de fieles esperan con ansiedad el anuncio, junto con millones de creyentes que seguirán el evento desde distintos rincones del mundo.
El procedimiento se rige por la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II, con modificaciones menores realizadas por Benedicto XVI. El término “cónclave”, derivado del latín cum clave, hace referencia al aislamiento de los cardenales, quienes quedan encerrados hasta alcanzar una decisión definitiva.
La votación comenzará a las 16:00 horas, con un máximo de cuatro rondas diarias, dos por la mañana y dos por la tarde. Si se alcanza el consenso, el mundo conocerá al nuevo Papa en una de las ceremonias más esperadas de la Iglesia Católica.