Después de 22 meses de incertidumbre, Alejo Arias volvió a su hogar en Mendoza y se reencontró con su familia en Rivadavia. “Uno entra en desesperación. Estaba lejos de todo, sin comunicación con mi familia, sin saber qué iba a pasar”, dijo.
Después de 22 meses detenido en El Salvador, Alejo Arias volvió a su casa en Rivadavia, Mendoza, en un emotivo reencuentro con su familia. El joven, que había viajado al país centroamericano por trabajo, vivió un largo proceso de incertidumbre hasta recuperar su libertad.
“He soñado con este día mientras estaba detenido. Soñaba con el reencuentro, con mi familia, con volver a casa. Y la verdad es que superó mis expectativas porque estaba toda mi familia esperándome”, dijo.
Alejo recordó el difícil momento de su detención lejos de su país y la angustia de no tener contacto con sus seres queridos: “Uno entra en desesperación. Estaba lejos de todo, sin comunicación con mi familia, sin saber qué iba a pasar.”
A pesar de la adversidad, destacó la fortaleza que lo ayudó a sobrellevar los casi dos años de prisión. “Gracias a Dios tuve una gran fortaleza mental. Estar aislado, sin saber lo que pasaba afuera, fue muy difícil.”
El regreso de Alejo fue posible gracias a la intervención diplomática y la incansable lucha de sus padres, Mauricio y Sandra, quienes no dejaron de exigir su liberación. “Movieron cielo y tierra para que esto fuera posible,” reconoció.
Sandra, su madre, expresó su alivio tras la pesadilla vivida: “Es un milagro hecho realidad. Fueron dos años de lucha, aferrándonos a Dios, pidiendo paciencia y fortaleza. Como mamá, no se lo deseo a nadie.”
Ahora, Alejo busca reconstruir su vida y definir nuevas metas, con una visión renovada después de la dura experiencia: “He aprendido mucho. Es un volver a empezar, con calma, pero con todas las ganas.”
Además, envió un mensaje a los jóvenes que buscan oportunidades fuera del país: “Antes de viajar, investiguen bien el país, sus leyes, si hay embajada argentina. Es clave asesorarse para evitar cualquier situación difícil.”