Adrián Ocampo Cazón, el conductor acusado de matar a Juan Manuel Viudés y a su hija María Laura en un accidente en el Acceso Este, finalmente enfrenta a la Justicia mendocina.
Tras más de una década prófugo, Adrián Ocampo Cazón, el conductor acusado de matar a Juan Manuel Viudés y a su hija María Laura en un accidente en el Acceso Este finalmente enfrenta a la Justicia mendocina.
Doce años después de una madrugada que cambió para siempre la vida de una familia mendocina, comenzó este miércoles el juicio contra Adrián Ocampo Cazón, el hombre acusado de provocar un doble homicidio vial mientras conducía ebrio y a contramano por el Acceso Este.
El 11 de febrero de 2013, un auto que circulaba en dirección contraria impactó de frente contra el vehículo en el que viajaban Juan Manuel Viudés y su hija María Laura, quienes murieron en el acto. El responsable, Ocampo Cazón —de nacionalidad boliviana y mecánico de oficio—, huyó de la escena del crimen y poco tiempo después se fugó a Bolivia, donde logró mantenerse oculto durante más de una década.
En septiembre de 2014, el imputado se encontraba bajo prisión domiciliaria, medida dictada por la jueza de garantías Alejandra Mauricio, con la obligación de firmar periódicamente ante la Justicia. Sin embargo, aprovechó esa situación para escapar del país. Desde entonces, la familia Viudés inició una larga lucha para evitar que la causa prescribiera.
Recién en febrero de 2025, tras casi 12 años de búsqueda, Interpol emitió una notificación roja que permitió localizarlo en Rurrenabaque, un pequeño poblado de la Amazonía boliviana, donde vivía bajo otra identidad y trabajaba como mecánico. La captura se concretó gracias a una pista clave: la ubicación de su hija mayor, que estudiaba en la Universidad de La Paz.
En junio de este año, Ocampo Cazón fue extraditado a la provincia de Mendoza para ser juzgado. El proceso judicial comenzó hoy en el Polo Judicial, con la presencia de familiares de las víctimas, quienes esperan que finalmente se haga justicia.
“Esperamos una condena ejemplar que nos dé algo de alivio después de 12 años de sentir el peso de la injusticia. Él podría haber frenado, podría haber cambiado de carril, pero no lo hizo”, expresó Roxana Viudés, hija y hermana de las víctimas, minutos antes de ingresar a la sala de audiencias.
El acusado enfrenta cargos por doble homicidio simple con dolo eventual, y el juicio se desarrollará durante las próximas semanas, con audiencias previstas hasta noviembre.
Para la familia Viudés, este proceso representa el cierre de una herida abierta desde aquella madrugada trágica. “Sentí que se estaba haciendo justicia cuando me informaron que lo habían encontrado. No nos va a devolver a mi papá ni a mi hermana, pero al menos sabremos que va a cumplir con lo que corresponde”, dijo Roxana conmovida.
Después de más de una década de espera, el caso que conmocionó a Mendoza vuelve a los tribunales, con la esperanza de que esta vez la justicia llegue para quedarse.