“Libre”: La trágica historia que esconde la canción de Nino Bravo

“Libre”: La trágica historia que esconde la canción de Nino Bravo

Una canción conocida por muchos con una historia tristísima para rememora en un nuevo aniversario de la caída del muro de Berlín

Un día como hoy se cumplen 32 años de la caída del muro de Berlín. Una marca trágica en la historia de la humanidad.

¿Qué tendrá que ver esta canción con el muro de Berlín? Todo. Esa canción nace a partir de una trágica historia que pasó 10 años antes de cuando se lanzó el tema.

Nino Bravo fue un gran músico que murió temprano. Tenía 28 años cuando falleció en un absurdo accidente de tránsito. “Un Beso y una Flor”, “Cartas Amarillas”, “Noelia”, “América, América”, “Esa será mi casa” son algunos de sus éxitos más conocidos.

Libre es otro de sus éxitos con una historia que nadie hubiese imaginado. La canción fue compuesta por José Luis Armenteros y Pablo Herrero, dos músicos con los que había trabajado en otras canciones.

Los autores se inspiraron en una historia real que había tenido lugar 10 años antes. Una trágica historia que los había impactado cuando la leyeron en los diarios. 

Ya había transcurrido un año desde la construcción del Muro de Berlín. Dos jóvenes alemanes que se encontraban en el lado Este querían sortear el obstáculo e irse a radicar a Alemania Federal. La misión era complicada. Peter Fechter y Helmut Kulbeik pasaron varias semanas observando con detenimiento cada movimiento de la guardia, las rutinas, las diferentes características de la construcción. Hasta que se les ocurrió un plan. Algo precario, pero ellos consideraban que si aprovechaban la velocidad y la agilidad de sus 18 años podía tener éxito. El 17 de agosto de 1962 se decidieron a llevarlo a cabo.

Los dos adolescentes se escondieron en una panadería pegada al Muro. En ese lugar exacto la seguridad parecía vulnerable. Conocían de memoria el movimiento de los guardias. Había un breve momento en que se producía un punto ciego en el lugar que ellos se encontraban. Debían aprovecharlo. Saltar, caer en lo que se denominaba Pasillo de la Muerte, (también conocido como Zona de Seguridad o Zona de nadie), un pasaje que estaba entre los dos muros, correr rápido una decena de metros hasta alcanzar el alambrado. Luego sortear el alambre de púa y trepar la cerca para caer del lado occidental.

Peter Flechter y su amigo lograron saltar sin ser vistos pero mientras escalaban el cerco, el último obstáculo, que los separaba del lado Occidental, fueron divisados por los guardias del lado Oriental.

Primero fue un grito. Seco, terminante, intimidatorio. Los chicos no giraron la cabeza y apuraron sus movimientos. Enseguida llegó la ráfaga de disparos.

Helmut consiguió llegar a lo alto del muro y dejarse caer del otro lado. Estaba ileso. Y en libertad. Peter fue alcanzado por una bala que ingresó a la altura de la cadera. Cayó de espaldas contra la tierra. Quedó tirado en la Zona de Nadie. A su alrededor se fue formando un charco de sangre oscura.

Durante 50 minutos Peter Flechter agonizó ante la vista de cientos de personas que solo miraron. Cuando dos soldados del lado oriental lo recogieron ya nada se podía hacer. Peter, a los 18 años, había muerto de un balazo, procurando su libertad, tratando de cruzar el muro absurdo.

Cuando uno relee la letra de la canción, después de conocer esta historia, toma otro sentido. Duele un poco más.

“Tiene casi 20 años/ y ya está cansado de soñar,/ pero tras la frontera está su hogar/ su mundo y su ciudad./ Piensa que la alambrada sólo es/ un trozo de metal/ algo que nunca puede detener/ sus ansias de volar”.

 “Con su amor por bandera/ se marchó/ cantando una canción./ Marchaba tan feliz que/ no escuchó/ la voz que le llamó./ Y tendido en suelo se quedó/ sonriendo y sin hablar/ sobre su pecho flores carmesí/ brotaban sin cesar”.

El estribillo ya lo conoces y seguramente, la próxima vez que la cantes, lo vas a hacer con más fuerza.