En los últimos meses, se multiplicaron los robos de los flexibles de cobre de los medidores de gas, dejando a cientos de vecinos sin suministro. Dependiendo del daño, la reposición puede costar entre 100.000 y 250.000 pesos. Qué dicen desde Ecogas.
El robo de los flexibles de los medidores de gas sigue en aumento en algunas zonas de Mendoza, un problema que deja a cientos de hogares sin suministro y enfrentando costos elevados para su reposición. Este delito, que se centra en la sustracción del caño de cobre para su reventa, afecta a numerosas cuadras en una sola noche, ya que los ladrones necesitan una cantidad de estos, generando un grave perjuicio económico para los damnificados que son los que deben afrontar los gastos.
Me robaron el medidor de gas: ¿se tiene qué hacer cargo la empresa o el usuario?
A la hora de reparar los medidores, es clave identificar el daño causado. Si los delincuentes se llevaron solo el flexible y el regulador, el costo recae completamente sobre el usuario, independientemente de que decida o no comunicarse con Ecogas.
Si el robo daña también el medidor, la empresa proveedora del servicio es responsable de su reposición. Sin embargo, si solo se sustrae el flexible y el regulador, el costo es completamente a cargo del usuario.
En ferreterías, un flexible nuevo puede costar entre $20.000 y $70.000, dependiendo del modelo.
La reparación del medidor sin los materiales implica un costo adicional de $70.000. Desde Ecogas informaron que, en caso de requerir una cuadrilla para reinstalar el regulador y el flexible, el gasto asciende a $120.000, con la posibilidad de abonarlo en hasta seis cuotas con la factura del servicio.
Ante el incremento de estos robos, especialistas en gas recomiendan que cualquier reparación sea realizada por un gasista matriculado. Esto no solo garantiza la correcta instalación del equipo, sino que también minimiza los riesgos asociados a fugas o incidentes con el suministro de gas.
Los expertos sugieren reforzar los gabinetes de los medidores con rejas de seguridad y una puerta trasera de acceso exclusivo para el usuario y personal autorizado. Este tipo de protección puede costar entre $70.000 y $100.000, dependiendo del trabajo de metalurgia requerido.
Los testimonios de las víctimas reflejan la preocupación creciente por estos robos, que suelen afectar a varias casas de una misma cuadra en una sola noche. Los delincuentes buscan cobre para venderlo en chatarrerías y, en muchos casos, dejan a los usuarios sin suministro de gas por días hasta que logran costear la reparación.
El problema se agrava por la dificultad para encontrar repuestos, ya que la demanda ha aumentado considerablemente. Ferreteros advierten que los flexibles de cobre se agotan rápidamente y que algunos modelos específicos pueden tardar en reponerse.