Frutas, verduras y carne: cómo impactan el frío y la inflación en el consumo de alimentos en Mendoza

Frutas, verduras y carne: cómo impactan el frío y la inflación en el consumo de alimentos en Mendoza

Las bajas temperaturas, el fin de la cosecha local y el aumento del costo logístico encarecen productos básicos como frutas, verduras y carnes. La caída del consumo se acentúa y los consumidores priorizan los productos más accesibles y de estación.

El invierno comenzó a sentirse con fuerza en las góndolas y los mercados de Mendoza. Las heladas, nevadas y el frío extremo no solo afectan la rutina diaria, sino también el bolsillo: el fin de la cosecha local obliga a traer frutas y verduras desde el norte del país, con un alto costo de flete, que impacta directamente en los precios al consumidor.

Desde la Unión Frutihortícola, aseguran que las subas responden tanto al transporte como a la estacionalidad. Hoy los productos más recomendados son los tubérculos y verduras de hoja como la papa, batata, cebolla, remolacha, acelga y zanahoria. “Son alimentos económicos, rinden mucho y aportan los nutrientes necesarios para esta época del año”, destacan. En cuanto a frutas, los especialistas recomiendan cítricos de estación: mandarina, naranja, pera y manzana, que mantienen precios accesibles.

Sin embargo, la preocupación principal sigue siendo el descenso en las ventas. “El consumidor compra menos, prioriza ofertas y productos básicos. Lo que sube mucho, directamente se deja de comprar”, explican desde los mercados.

Consumo de carne vacuna en caída

La otra gran afectada por el contexto económico es la carne vacuna, históricamente central en la mesa de los argentinos. Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el consumo anual por persona cayó a 47,7 kilos en 2023, el segundo nivel más bajo en más de un siglo. Si bien en lo que va de 2025 el promedio mejoró levemente a 49,5 kilos, los especialistas advierten que la tendencia es de consumo más espaciado y en porciones más pequeñas.

Los cortes caros como lomo, bife de chorizo y vacío se venden principalmente a restaurantes y food trucks, mientras que las familias optan por molida, carne a la olla, mondongo, hígado y hueso de cogote para cocinar guisos o estofados. “La carne dejó de ser el plato principal y pasó a ser acompañamiento”, explican los carniceros.

A pesar de una cierta estabilización de precios, la carne acumula una suba del 27% en lo que va del año, por encima de la inflación general. “Los aumentos se desaceleraron, pero igual siguen siendo altos y eso se nota en la baja de ventas”, señalan desde el sector.

En este contexto, muchos comerciantes apuestan a promociones y ofertas semanales para sostener la demanda. “La molida sigue siendo lo más pedido. La gente compra poco y con mucho cuidado para que dure”, cuentan desde una carnicería del Gran Mendoza.