El histórico entrenador deja Godoy Cruz tras casi 30 años, en una despedida cargada de emoción y gratitud. Promete volver cuando el club lo necesite.
Después de casi 30 años de vínculo ininterrumpido con Godoy Cruz, Daniel “Gato” Oldrá decidió dar un paso al costado. En una emotiva entrevista en su casa, el ídolo del “Tomba” abrió su corazón y habló con sinceridad sobre el difícil momento de su despedida.
“Me la paso llorando por los costados”, confesó con la voz entrecortada, dejando ver la angustia de una decisión que, aunque necesaria, no deja de ser dolorosa. Oldrá aseguró que el club está en un gran momento, compitiendo internacionalmente, y que ahora siente que su ciclo se ha cumplido. Sin embargo, dejó la puerta abierta: “El día que me necesite, volveré a estar seguro”.
Un adiós que nadie esperaba
Para los hinchas, la salida del “Gato” representa el fin de una era. Su figura está entrelazada con la historia del club, desde los tiempos en los que jugaba en canchas de tierra hasta la actualidad, con un Godoy Cruz consolidado a nivel nacional e internacional.
Oldrá recordó cómo los dirigentes confiaron en él cuando dejó de jugar al fútbol y destacó el crecimiento del club en todos los aspectos: infraestructura, competencia y formación de jugadores. “Hoy los mendocinos tienen que creer en ellos mismos. Hay mucho talento en nuestra provincia“, afirmó.
Sobre su salida del Tomba señaló: “es la decisión más difícil de mi vida”.
Un futuro incierto, pero con el corazón en Mendoza
Aunque su próximo destino como entrenador no ha sido revelado, Oldrá aseguró que, a diferencia de su paso por el “Tomba”, ahora dirigirá con la cabeza, no con el corazón. “Si voy a otro lado, voy profesionalmente”, dijo, dejando en claro que su amor por Godoy Cruz no se compara con ningún otro desafío.
Con lágrimas contenidas, el “Gato” pidió comprensión y agradeció el cariño de los hinchas, tanto los del “Expreso” como los del fútbol mendocino en general. “Sé que muchos están tristes, otros contentos, pero les pido que me entiendan”, concluyó.
Mientras tanto, la imagen de Oldrá con su clásica campera azul seguirá intacta en la memoria de los tombinos. “Hasta que no me vaya, no me la saco seguro”, afirmó. Y aunque esta despedida marca un cierre, su legado en Godoy Cruz será eterno.