Jorge Bergoglio se convirtió en el primer pontífice americano, el primer jesuita en sentarse en la silla de Pedro, y el primero en llevar el nombre del santo de Asís, Francisco.
El 13 de marzo de 2013 tuvo lugar un momento histórico para nuestro país y para la Iglesia Católica: Jorge Bergoglio se convirtió en el primer pontífice americano, el primer jesuita en sentarse en la silla de Pedro, y el primero en llevar el nombre del santo de Asís, Francisco.
Desde su nombramiento, el Papa Francisco ha dado señales de los cambios que desea implementar en la Iglesia, promoviendo una institución de puertas abiertas. Ha realizado 47 viajes apostólicos, visitando 66 países, entre ellos Chile y Colombia, en 2017 y 2018 respectivamente. En 2013, durante las Jornadas Mundiales de la Juventud en Río de Janeiro, su mensaje “hagan lío” resonó fuertemente entre los jóvenes, dándoles un lugar que la Iglesia Católica les había quitado.
El Papa Francisco, desde febrero, se encuentra internado por una afección pulmonar grave, con pronósticos diarios y partes médicos reservados. Esta situación ha generado preocupación en el Vaticano y entre los fieles de todo el mundo sobre el futuro de su papado.
Los mendocinos recuerdan con emoción el momento en que Bergoglio fue elegido Papa. “Fue una alegría enorme porque había una necesidad enorme para que la gente vuelva a tener fe”, comentó Rosa, una fiel seguidora. Otro entrevistado expresó: “Cuando dijeron ‘habemus papam’, fue una emoción tan linda al sentir que era argentino, y después que se llamaba Francisco, como mi hermanito en el cielo. Me saltaron las lágrimas de emoción y alegría“.
El Papa Francisco ha movilizado a muchos jóvenes, reformulando las propuestas católicas para adaptarse a los tiempos modernos. Ha sido un líder espiritual y un referente para los argentinos, comparado con figuras icónicas como Maradona y Messi, pero en un ámbito mucho más espiritual.