Contratado por un Día: Fausto Mateo se animó a trabajar en una fábrica de muebles

Contratado por un Día: Fausto Mateo se animó a trabajar en una fábrica de muebles

Fausto Mateo se puso en la piel de un operario de fábrica en este nuevo episodio de “Contratado por un Día”. Desde el diseño de muebles hasta el armado y la tapicería, vivió cada etapa del proceso en una fábrica. Un desafío que le permitió conocer el trabajo artesanal y tecnológico detrás de cada pieza que llega a nuestros hogares.

El ciclo “Contratado por un Día” volvió con una nueva edición que llevó a Fausto Mateo a vivir la experiencia completa de trabajar en una fábrica de muebles. Esta vez, el desafío se desarrolló en el Parque Industrial de Las Heras, donde el conductor se puso el uniforme, agarró herramientas y se metió de lleno en la rutina diaria de una mueblería.

Desde el inicio, Fausto fue recibido por el equipo de la empresa, quienes le explicaron cómo funciona el proceso de diseño y fabricación de muebles para el hogar, como cocinas, sillones, livings y cajoneras. La jornada comenzó en la oficina técnica, donde se planifica todo: a partir de los planos y medidas, se diseña cada mueble en 3D antes de pasar a producción.

Con la ropa de trabajo y los elementos de protección personal, Mateo se adentró en la planta y comenzó su primer reto: mover enormes placas de melamina con ayuda de un autoelevador. Luego, con la asistencia de los operarios, participó del corte de materiales con una máquina de precisión que utiliza discos de diamante para lograr cortes exactos.

La experiencia continuó con el paso a paso del proceso industrial: desde el pegado de cantos con tecnología automatizada, pasando por el ensamblado de muebles con herramientas específicas, hasta llegar a la colocación de bisagras y herrajes, todo bajo supervisión experta.

En la segunda parte de la jornada, Fausto se animó a trabajar con madera virgen, pasando los tablones por la cepilladora para dejarlos perfectamente lisos. Después, ayudó en el proceso de terminación con tintas, lijado y técnicas artesanales que definen la estética final del producto.

Finalmente, llegó al área de tapicería, donde pudo ver cómo se recortan las telas, se colocan los cinchados, los flejes de aluminio y se fijan todos los materiales con grampas para que queden firmes y duraderos. Todo este proceso artesanal y técnico permite que una silla salga terminada y lista para su entrega.

El balance de la experiencia fue positivo: Fausto Mateo no solo completó la jornada sin accidentes, sino que también se ganó el respeto del equipo y hasta se animaron a ofrecerle un lugar en planta si decidiera cambiar de rubro. Su parte preferida: manejar el autoelevador, sin dudas.